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Resumen visual en francés/Résumé en images en français




“Lo primero consiste en la herencia que nos ha legado la dictadura. Quedan las graves heridas que no se reducen a los hechos extremadamente violentos como el secuestro y la desaparición de personas. Sino todas las estructuras del país, sociales, políticas económicas y culturales, fueron afectadas.”[1]

1.  Problema de investigación
                                                                                                           
La dictadura
Entre 1976 y 1983, Argentina conoció una violenta dictadura militar que marcó profundamente el país, de la misma manera de sus vecinos del cono sur (Chile, Uruguay, Paraguay…) Más allá de las víctimas directas, fue afectada la sociedad completa, incluso, en muchas generaciones. En efecto, la junta militar golpista, encabezada por el general Videla, instaló un programa denominado “proceso de reorganización nacional” que se tradujo en la práctica en lo que llamamos un “terrorismo de Estado”. En otro sentido, el Estado argentino empleó la violencia y el terror de manera sistemática a fin de asegurar el control de la sociedad y mantener el orden instalado. En el curso de 7 años fueron parte del cotidiano argentino las prohibiciones, las persecuciones, los arrestos y desapariciones forzada de personas, aunque a veces, no reconocido por todos los argentinos.

Actualmente

Con la reapertura de los procesos judiciales contra el poder militar en 2006, y que continúan hasta hoy, La Argentina está reescribiendo una parte importante de su historia reciente y también su presente. Detrás de la mediatización de estos procesos históricos, comienza a salir de las sombras un importante trabajo de memoria, siendo el fruto de voluntades políticas, de asociaciones independientes, de víctimas y compromisos personales. Estos actos de memoria van desde la recuperación por parte de los poderes público de la Escuela mecánica de la armada militar (“ESMA”), un antiguo centro de detención clandestino y lugar altamente simbólico del poder militar y su posterior transformación en “Espacio para la Memoria y para la Promoción y defensa de los Derechos Humanos” en 2008, al cambio de nombres de ciertas calles en homenaje a las víctimas, así como también a la instalación de placas conmemorativas  frente a los domicilios de desaparecidos que hacen las asociaciones de barrios.
Estos procesos son también una nueva respuesta a las leyes de Amnistía promulgadas al término de la dictadura  por el presidente Raul Alfonsín en 1985 y 1986, las que había dejado un vacío de justicia  y un gusto amargo a una parte de la sociedad argentina. Sin embargo, la Argentina es, de cierta manera, una figura pionera en los trabajos de justicia post dictatorial. Recordemos, en efecto, el referéndum llevado a cabo el 27 de octubre de 2009 en Uruguay que permitió mantener las leyes de amnistía que beneficiaban a militares e impedir la apertura de juicios contra ellos.

El problema de la memoria en Argentina  

Junto a la reapertura de los procesos judiciales, se activaron ciertas prácticas memoriales, fueran ellas gubernamentales o no. El arribo al poder de Nestor Kirchner, y la acción mediática de la ESMA en 2004 serán consideradas como etapa simbólicas de la historia reciente argentina.
Señalamos, en principio, que la memoria en el caso argentino es raramente descrita y reivindicada de manera aislada. Ella es, en efecto, frecuentemente acompañada de las palabras “verdad” y justicia”, lo que da, desde nuestro punto de vista, una dimensión diferente al problema de la memoria, la que va más allá de los solos actos de conmemoración y transmisión como los que podemos celebrar hoy en Francia, al mirar los acontecimientos de las guerras mundiales. La memoria en Argentina parece estar inscrita en una demanda ciudadana marcada por la lucha, en estrecha relación con el futuro de la sociedad y el país. La memoria parce entonces, constituir una encrucijada social no negligente.
Actualmente existen numerosas universidades e investigadores que trabajan en este tema, ya sean independientes o vinculados a organismos de derechos humanos y desde diferentes perspectivas, siendo las más destacadas las aproximaciones desde la psicología (Diana Kordon et Lucila Edelman, 2007) y desde la antropología (como por ejemplo los trabajos de Elizabeth Jelin o los del sociólogo Emilio Crenzel).
Numerosas obras recientemente publicadas abordan tanto el tema de la memoria como la relación de la sociedad argentina a ella y su historia reciente (Silvia FINOCCHIO 2007). Una obra publicada por la organización “Memoria Abierta” en septiembre de 2009 nos ha interesado de manera particular. Se trata de “Memorias de la ciudad: Señales del terrorismo de Estado en Buenos Aires”. En ella se recorren los diferentes rastros de la dictadura presentes en la capital argentina, catastrando y describiendo minuciosamente 202 lugares de homenajes y 38 ex centros clandestinos de detención.           

La memoria de la ciudad

Lo que aquí nos interesa es interrogarnos por el vínculo de la memoria colectiva a la ciudad y el espacio urbano. Estos últimos tienen, a nuestro modo de ver, la capacidad de revelar los recuerdos de una sociedad, y también de confrontarla a su historia. Más allá de caso argentino, nosotros hemos podido, en el curso de otras investigaciones personales y viajes, visitar cierto número de lugares comunes (inmuebles, garajes, escuelas…) ocupados por poderes dictatoriales y  su aparato represivo (mayoritariamente  en los países de Europa del este). Nuestro interés por estos lugares  radica en los actuales procesos de reapropiación de estos por las ciudades y sus habitantes. ¿Cómo estos lugares y edificios, en el corazón de densas ciudades merman una segunda vida?     
Estos lugares suelen insertarse en el regido banal de la ciudad, pero siendo impregnados de memoria, de símbolos y participando en la construcción de la historia. Ellos son piezas importantes del puzle de la memoria colectiva. Pero, ¿qué son realmente en los cotidianos de sus vecinos, cuales significados tienen en los cotidianos de las personas que viven a su lado?, qué representan a la escala de un barrio y de sus habitantes, más allá los  visitantes y curiosos que van conscientemente a su encuentro. En el caso de una sociedad dividida entre el olvido y el recuerdo, los lugares, a pesar de ellos, son potenciales difusores en memoria, e incluso pueden llegar a ser lo que podríamos llamar marcadores de memoria.


Para el caso de la Argentina nos parece pertinente centrar nuestra investigación en los ex Centros de Detención y Tortura (CCDyT), numerosamente repartidos en la ciudad de Buenos Aires y el país. Ellos representan un elemento central del plan de acción de la Junta Militar, como lo explica la asociación “Justicia Ya”:

“Los centros de detención que existieron en toda la extensión de Argentina, constituyeron el presupuesto material indispensable de la política de desaparición de personas. […] Allí vivieron su «desaparición»; allí estaban cuando las autoridades respondían negativamente a los pedidos de informes en los recursos de habeas corpus; allí transcurrieron sus días a merced de otros hombres de mentes trastornadas por la práctica de la tortura y el exterminio, mientras las autoridades militares que frecuentaban esos centros respondían a la opinión publica nacional e internacional afirmando que los desaparecidos estaban en el exterior, o que habrían sido víctimas de ajustes de cuentas entre ellos.”   

En esta investigación nos proponemos comprender, a través del estudio de las prácticas urbanas y sociales en torno a estos lugares, de qué manera la dictadura argentina tiene un impacto en la sociedad contemporánea en Buenos Aires. Nos proponemos para esto un estudio a la escala de un barrio donde existen varios ce estos centros. Queremos comprender las interacciones entre la memoria, estos lugares y las personas que viven cotidianamente a su alrededor.
Problema general: comprender de qué manera la memoria de la dictadura argentina se refleja en las prácticas urbanas y sociales en Buenos Aires.
Cómo a través de la ciudad y “la memoria de los lugares” la dictadura argentina posee aun un impacto en la sociedad y sus prácticas urbanas y sociales.
Objetivos específicos:
·         Estudiar los lugares “símbolos” de la dictadura argentina y las condiciones de su presente.
·         Identificar y describir de las prácticas memoriales alrededor de estos lugares
·         Comprender los dilemas de estas prácticas en la sociedad contemporánea
·         Describir la memoria en el cotidiano
·         Conocer los discursos y prácticas de los vecinos de los CCDyT


[1] [1] In SCHEINDER-MANDANES, Graciela. Buenos Aires : Port de l’extrême-Europe, Paris, Autrement, série monde   P . 108,entrevista con Adolfo Perez Esquivel